¿¿¿¿¿SABES ALGO DE LOS COP??????

Los Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs), conocidos internacionalmente por sus siglas en inglés, POPs (Persistent Organic Pollutants) son sustancias químicas especialmente perjudiciales para el medio ambiente y la salud humana. En la naturaleza producen los fenómenos de bioacumulación y biomagnificación, provocando sus peores consecuencias en las especies superiores de la cadena trófica, como los seres humanos.

Los COPs se acumulan en los tejidos grasos y permanecen en el medio ambiente durante mucho tiempo. De esta forma, pueden provocar efectos nocivos en los ecosistemas y en los seres vivos, como cáncer, interferencia en la capacidad reproductiva de muchas especies, disminución en el desarrollo intelectual de niños, debilitamiento del sistema inmunológico, etc.

Gracias a su resistencia, acaban siendo diseminados por todo el planeta, incluso donde nunca han sido empleados, especialmente en las regiones más frías de la Tierra. Por ello, los expertos apuntan a soluciones globales que involucren a todos los países posibles.


El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP en sus siglas inglesas) reconoce que "hay sustitutos para la mayoría de los COPs, pero su uso se ve obstaculizado por su elevado coste, la insuficiente concienciación pública o la falta de la adecuada infraestructura o tecnología".

Diversas organizaciones consideran insuficientes las medidas adoptadas hasta ahora, como los más de 6.000 millones de euros que se estima han sido destinados a su control. Por ejemplo, muchos países en desarrollo siguen utilizando DDT para acabar con los mosquitos que transmiten la malaria.

Por ello, en la segunda Conferencia de las Partes (CdP-2) de la Convención de Estocolmo, celebrada a principios de mayo de 2006 en Ginebra, Suiza, los países con menos recursos solicitaban el incremento de la ayuda financiera para eliminar estas sustancias, algunas de ellas muy comunes en estos países, como el DDT o las dioxinas.

En este sentido, el Convenio de Estocolmo es una de las medidas más destacadas de la comunidad internacional. En vigor desde el 17 de mayo de 2004, fue firmado el 23 de mayo de 2001 por más de 120 países, entre ellos los Estados miembros de la Unión Europea (UE). La Convención de Estocolmo pide medidas internacionales sobre la que denomina "docena sucia", 12 COPs agrupados en tres categorías:

Pesticidas: Aldrina, clordano, DDT, dieldrina, endrina, heptacloro, mirex, y toxafeno
Productos químicos industriales: Hexaclorobenceno (HCB) y bifenilos ploriclorados (PCB) COPs producidos de forma no intencional: Dioxinas y furanos.

Los gobiernos firmantes se comprometían de esta forma a promover las mejores técnicas disponibles y las mejores prácticas ambientales para identificar, reemplazar y prevenir tanto los COPs existentes como los que pudieran desarrollarse en un futuro. En el caso de las dos primeras categorías, el convenio se marcaba la prohibición de los mismos. Sin embargo, para los COPs no intencionales, subproductos de determinados procesos energéticos e industriales, se proponía su máxima reducción posible.

Fuente: http://www.consumer.es/web/es/medio_ambiente/urbano/2007/01/05/158706.php

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